La Torre del Homenaje, de perfil troncocónico y planta rectangular, se estructura en tres niveles y sobresale por sus grandes proporciones, construida con gruesos muros que llegan a alcanzar los tres metros de grosor.

Es el símbolo del poder de la Orden, con una gran capacidad de defensa al dominar cualquier punto del interior de la fortaleza, y con una dificultad añadida para su conquista, su acceso en la planta intermedia.

Está situada en el centro de la fortaleza, en el punto más elevado del cerro, configurado por una pequeña terraza marcada por fuertes desniveles rocosos que facilitan el aislamiento. Como marcan los cánones, es la más destacada, fuerte y defendible de la fortaleza, último reducto de resistencia y por ello está aislada del resto, adquiriendo cierto grado de autonomía funcional o autosuficiencia. Sus medidas son 12,70 metros de ancho, 14,90 metros de largo y 20 metros de altura.

Se accedía al nivel inferior o almacén a través de una trampilla abierta en la bóveda de cañón que cubre la estancia. Este nivel presenta un banco corrido adosado a sus muros, que servía para depositar recipientes de almacenaje. La estancia se utilizaría también para contener el agua de lluvia, canalizada mediante un conducto de cerámica que, embutido en uno de los muros de la torre, conducía el apreciado líquido hasta el interior, donde era recogido en grandes tinajas. Actualmente está musealizada como una sala de audiencias de recibimiento para el comendador de la Villa.

En el nivel intermedio se encuentra la puerta de acceso. La función de la instancia era permitir la comunicación con las demás dependencias, y contaba para la iluminación con dos aspilleras ubicadas en los lados opuestos a la puerta. El sistema de acceso exterior de la torre está muy destruido, pero podría consistir en una escalinata embutida en una estructura cúbica adosada a la torre, de la que actualmente solo quedan sus cimientos y el arranque de un arco.

La subida original al tercer nivel se realizaba a través de una escalera de ladrillo soportada por tres arcos de medio punto. Este tercer nivel, utilizado como residencia del alcaide, se ilumina por medio de cuatro ventanas-miradores, configurados por dos arcos de herradura divididos por un parteluz o pequeña columnita. Los pavimentos de estas salas eran gruesas capas de mortero de cal.

Finalmente, desde la estancia superior se podía subir a la terraza de la torre a través de una escalera de ladrillo, dispuesta sobre arcos de medio punto, que conectaba con otra embutida en el muro de la torre. Esta última se encuentra cubierta con un sistema de bóvedas de cañón, y permitía la salida a la terraza, donde ha desaparecido el antepecho que soportaba las almenas de coronación de la torre.

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