Del primitivo convento de la Encarnación sólo queda en la actualidad la iglesia, que se conoce con el nombre de iglesia del Carmen. La fundación del convento data del 10 de octubre de 1590 y tuvo como patrocinador y promotor material al IV Conde de Alcaudete, D. Francisco de Córdoba y Velasco.

El templo, de estilo manierista, está dentro de las concepciones arquitectónicas de la época, así como de las especiales características de las iglesias conventuales de los carmelitas descalzos. La planta, de una sola nave, se abre formando un corto crucero cubierto por una cúpula, en la cual al ser limpiada han quedado al descubierto una serie de pinturas que representan a los cuatro evangelistas, Santa Teresa y San Juan de la Cruz. A ambos lados de la nave se ubican tres capillas laterales que se van agrandando a medida que se aproximan al crucero. A los pies de la iglesia se encuentra el coro sobre arco carpanel. Tras el presbiterio nos encontramos con el camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cubierto por una bóveda de estilo barroco.

Actualmente del primitivo convento de la Encarnación sólo queda la iglesia que se conoce con el nombre de iglesia del Carmen. En su interior alberga imágenes de gran importancia artística, como Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Santo Entierro, un cristo yacente articulado atribuido posiblemente a José de Mora o San Elías, atribuída al famoso escultor Pedro de Mena y actualmente la obra de imaginería más importante de Alcaudete.

En su interior alberga imágenes de gran importancia artística el Santo Entierro (un cristo yacente articulado atribuido a José de Mora) o la talla del evangelista San Elías, atribuída al famoso escultor Pedro de Mena y actualmente la obra de imaginería más importante de Alcaudete.

Alcaudete puede presumir de imaginería religiosa, puesto que las distintas tallas que posee la localidad, ya sean imágenes de pasión, de gloria, dolorosas o santos, son de una gran carga artística e histórica.

 

 


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