El pasado 11 de junio fui nombrado Alcalde de Alcaudete. No hay mayor privilegio, nada hay más hermoso que ser el alcalde de la tierra donde, por primera vez, abrimos nuestros ojos a la luz del mundo. Me siento orgulloso del lugar donde nací y toda mi vida se conjuga en Alcaudete. Crecí a la sombra de la Virgen de la Fuensanta, del Castillo y de la Placetuela del Carmen. No he conocido más amor lugareño que el que me ha regalado mi pueblo y aunque admiro otras tierras no amo sino esta, la nuestra.

Deseo expresar mi eterna gratitud hacia todos los alcaudetenses, a los que me votaron y los que no. Como hasta ahora, seré el alcalde de todos/as y por eso estoy aquí, para trabajar por todos y con todos los hombres y mujeres del Sabariego, La Bobadilla, Los Noguerones y Alcaudete.

Ganar las elecciones nos permite constituir un gobierno fuerte y estable pero no nos garantiza ni la inmunidad ni la infalibilidad, por ello nos proponemos trabajar sin descanso con humildad y firmeza. Humildad para digerir y administrar adecuadamente esta holgada victoria electoral; humildad, igualmente, para reconocer que nos quedan muchas cosas por hacer y que no todas tienen solución fácil. Con firmeza para que este proyecto consiga que todos puedan disfrutar de las mismas oportunidades, que Alcaudete se convierta en un espacio de ilusión.

En estos 4 años no olvidaré que el verdadero poder es de quienes nos han elegido. Una alcaldía, una concejalía, nunca han de ser una tribuna desde la que mirar a los ciudadanos con distancia y por encima del hombro. Todo lo contrario, asumo el compromiso de abrir el ayuntamiento a la gente, de trasladar los despachos a la calle. Aspiro a gobernar junto a vosotros porque Alcaudete hemos de hacerlo entre todos.

Sólo albergo en mi corazón ganas de servir a mi gente. Para mi no hay enemigos, ni tan siquiera rivales, hay sólo adversarios; anhelo contar con el Partido Popular para construir nuestro futuro porque estoy firmemente convencido de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Aquí no sobra nadie.

Aspiro a un Alcaudete habitable, a un Alcaudete con futuro, aspiro a un Alcaudete que tome decisiones que vayan más allá de nuestro tiempo. Aspiro a un Alcaudete que genere proyectos que nuestros hijos y nietos disfrutarán.

Aspiro a un Alcaudete del empleo y del desarrollo económico. Soy plenamente consciente de la escasez de empleo y de los graves problemas económicos y sociales que ello conlleva en muchas familias alcaudetenses. Me preocupa, me agobia la situación de sufrimiento que padece tanta gente de bien. El empleo es, y será, el objetivo prioritario de toda esta legislatura.

Queremos un ayuntamiento moderno, verdaderamente vanguardista, que otorgue a los ciudadanos información y transparencia. Aquí no hay secretos, ni candados, ni cajones cerrados, ni nada oculto bajo las alfombras, de hecho, ni tenemos ni tendremos alfombras.

Aspiro a un Alcaudete orgulloso de su identidad, un municipio en el que todos y todas vivamos mejor a partir del orgullo y reconocimiento del lugar donde residimos. Alcaudete no se entiende sin sus aldeas. No concibo Alcaudete sin la ribera del río Víboras en Los Noguerones, sin La Fuente en La Bobadilla o sin la sierra de San Pedro en El Sabariego. Somos, y así nos sentimos, partes indisolubles de un mismo cuerpo, de una misma tierra, de un mismo destino.

 

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