El convento de Santa Clara pertenece a la orden de las clarisas, dentro de la orden de San Francisco. El convento está formado por un conjunto de edificios que se levantan en el barrio de su propio nombre, destacando entre todos el de su iglesia.
La autorización eclesiástica para su fundación fue dada por el pontífice Alejandro VI en bula concedida en Roma el 21 de septiembre de 1499. Sus fundadores fueron D. Alonso Ferández de Córdoba y su mujer, Dña. María de Velasco. Siete monjas del Convento de la Santa Cruz de Córdoba fueron sus primeras ocupantes, en la Ermita del Espíritu Santo, hasta aproximadamente el año 1550.
Tiene una superficie de 5.500 m2 aproximadamente, y fue edificado con capacidad para albergar a 40 religiosas, aunque llegó a contar con 80, llegando a tener la categoría de monasterio.
La columna salomónica no aparece en piedra hasta comienzos del siglo XVIII. En la provincia de Jaén es el único ejemplo de portada completa en piedra que existe, apareciendo superpuesta en dos pisos. Esta obra está relacionada con la de Hurtado Izquierdo en Córdoba o la fachada de la universidad de Granada. Sin fecha ni autor, por el parentesco con la fachada de la Merced de Córdoba, de 1745, parece ser que es un poco más temprana, pudiendo situarse en el primer cuarto del siglo XVIII.
El edificio es de planta rectangular, de tipo cajón. Se puede situar su construcción en la frontera entre los siglos XVI y XVII. En sus pies, la iglesia se prolonga por un coro bajo, separado de la misma por una celosía de inferior altura al resto del templo. Además cuenta con otro coro lateral al presbiterio.
La iglesia cuenta con una capilla que se erigió como sepultura de D. Martín de Córdoba, IV hijo del I conde de Alcaudete. Posee una reja de principio del siglo XVII, con escudo nobiliario de los condes.