El piano de Jorge Molina Alba tuvo un brillo especial la noche del 29 de julio. En su negro barniz se reflejaban cientos y cientos puntitos de luz de luminaria, y su sonido, estuvo acompañado por el del sonido propio del lugar: el de las fuentes. Las melodías que salían de las blancas y negras teclas se mezclaban con el ambiente del Santuario de la Fuensanta, a oscuras, únicamente iluminado por un fondo majestuoso del Castillo, la torre del Santuario, con la silueta de sus campanas, y un largo paseo lleno de velas. Un paseo que de costumbre es recorrido por cientos y cientos de personas las noches de verano.

Si el poder de la música es grande, al mezclarlo con este marco incomparable, se eleva a la máxima potencia, y más con la cualidad musical de nuestro ya conocido Jorge Molina. Cuando la Concejalía de Cultura le propuso esta iniciativa a este "mago" de la música no dudaba del éxito que obtendría en sus manos. Un músico que supo mezclar su música con el entorno, conjugarla incluso con el sonido de las camapanas. Y el éxito fue rotundo. Centenares de personas disfrutaron de una noche mágica, única y original en unos jardines que son tesoro de nuestro municipio.

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